Gracias por tomarte el tiempo de leer, no importa como llegaste aquí, siempre aprecio cada lector que tiene interés en esta información.
Cambiar de hábitos por hábitos más saludables no es fácil, a veces lo hacemos por un corto tiempo pero lo que necesitamos es que se queden para siempre.
¿Cuándo fue la última vez que dijiste que comezarías a hacer algo y eso fue todo? Comenzaste y nunca seguiste, o talvez ni siquiera comenzaste.
Las resoluciones de año nuevo son un buen ejemplo de las cosas que generalmente comenzamos y no terminamos, Se quedan en intenciones que nunca se convierten en acciones, se quedan en papel o en tu mente. Algo para recordar el próximo año, que talvez esta vez lo logres.
¿Sabes que? Yo también he estado ahí… ¡Y muchas veces! Personalmente, si tuviese que escoger, diría que mis mayores luchas han sido para establecer una nueva rutina de ejercicio.
A veces cuando ya estaba en buen camino, algo pasó que me hizo tener que hacer una pausa, un cambio repentino en mi rutina diaria, un proyecto que me hizo trabajar hasta tarde por varios días, un viaje, un nuevo bebé que me mantuvo completamente ocupada y exhausta por meses.
Y luego, tener que retomar el hábito se volvió aún más dificil, todo eso a pesar de que ¡me encanta ejercitarme! Me encanta correr, me encanta la bicicleta, amo el yoga. Pero, ¡también amo dormir! Y definir esa rutina entre largas jornadas de trabajo, los deberes del hogar, el tiempo con la familia, el cansancio, etc. no es fácil, y ¿adivina quien termina perdiendo? Si, usualmente termino procrastinando el ejercicio.
Hoy quiero compartirte una idea muy simple, que parece tan simple que muchas veces fallamos en usarla cuando definimos esas metas o resoluciones, si queremos adquirir mejores hábitos o cambiar algunos que ya tenemos. Pero así como es es de simple ¡así es de efectiva!
¿Estás listos para cambiar de hábitos? ¡Vamos a hacerlo!
Como te mencioné anteriormente, la idea es muy simple: Necesitas tomar tus metas y simplificarlas… llevarlas a su mínima expresión; esto con la finalidad de tener tareas más pequeñas que para tu mente se vean más fácil de lograr, porque las tareas pequeñas representan retos menores y cambios menores.
¿Cuál es el secreto? Pasos de bebé… Si piensas en avanzar con pasos de bebé, los cambios serán menores y cuando estos se conviertan en un hábito puedes moverte al siguiente nivel.
Hay tres aspectos básicos que deberías considerar:
- El tamaño de tu meta.
- Racionalizar tu meta obteniendo más información.
- Tiempo razonable y alcanzable.
- Una metodología que al igual que tu meta represente cambios pequeños a tu actual rutina.
Vamos a utilizar un ejemplo, digamos que siempre has querido aprender a meditar, para poder obtener alguno de los múltiples beneficios de esta práctica. Pero has terminado leyendo una pila de libros, artículos, decargando apps, sin llegar nunca a meditar realmente de forma constante.
Bien, no puedes tratar de convertirte en un maestro de la medtación en un paso, eso sería realmente difícil, así que… Estoy segura que has escuchado la frase “La práctica hace al maestro”… Debes comenzar a dar pasos de bebé. ¿Cómo? Seguro has escuchado o leido en algún lado, que para iniciar en esta maravillosa práctica no necesitas más que unos minutos al día.
Comienza por ponerte la meta de reservar solo cinco minutos de tu día, fija un horario en que te tomarás esos minutos, preferiblemente por la mañana, para tu cerebro, cinco minutos no se ven tan lejos de tu alcance, sino que lo verá como algo fácil de lograr.
Veamos otro ejemplo, si te gustaría perder veinte libras en un mes haciendo más ejercicio. Bueno, muy en el fondo probablemente tu mente no se la crea, veinte libras se dice fácil pero es bastante peso que peder.
Primero, investiga un poco sobre cuántas libras sería saludable para ti perder en un mes y escoge el mejor tiempo para tu meta de 20 libras…
Supongamos que lo mejor sería perder esas veinte libras en tres meses, entonces te sugiero que transformes ese número en una meta semanal, tu meta sería perder 1.5 libras por semana.
Automáticamente, al tener una meta “informada” ya que buscaste información racional que la soporte y al ser una meta más pequeña, tu mente la verá como algo más fácil de alcanzar que tu meta original.
Ahora… ¿Cómo creamos ese nuevo hábito?
Ok… ahora que sabes como definir mejores metas, tomando tu meta y simplificándola en metas más pequeñas… Hay otras cosas muy importantes que necesitarás para convertirlas en realidad.
¿Cuál es el siguiente paso? Necesitas buscar métodos que te faciliten arrancar, piensa en que se trata de adquirir hábitos y entre menos complejo sea el cambio más probable será que lo llegues a hacer.
Por ejemplo, para adquirir ese hábito de meditar, talvez podrías tomar una clase, considera primero todo lo que implica esta alternativa (trasladarte a otro lugar, pagar por ella, etc.).
Otra alternativa podría ser utilizar el conocimiento que has adquirido en todo lo que has leído sobre el tema y comenzar a practicarlo en casa por cinco minutos al día si es que esto te resulta más fácil y cómodo.
Sigamos con nuestro ejemplo, hay mucha variedad de opciones cuando se trata de meditar, digamos que te interesa practicar la meditación de atención plena, revisa todas las cosas que necesitas antes de comenzar.
Necesitarás talvez escoger un lugar en el que te sientas cómodo, escoger una melodía relajante o hacer una “Playlist” de música relajante o hacer una búsqueda en la Web de meditaciones guiadas y escoger las que más te gusten (Probablemente necesitarás invertir tiempo en escuchar varias antes de encontrar aquellas que mas te agraden).
Entonces, luego de haber encontrado el lugar ideal, de tener seleccionada la música o las meditaciones guiadas, te dará un impulso para comenzar.
Una vez que el hábito esté instalado en tu rutina, te mueves un paso adelante hacia un nivel más avanzado.
Retomemos nuestro primer ejemplo, dijimos que podrías definir una meta de pérdida de peso semanal de 1.5 libras. Para que esto sea realista o racional, haz una pequeña búsqueda de cuantas calorías necesitarías quemar.
Yo diría que serían unas 500 diarias. Ahora, escoge que tipo de ejercicio necesitas y por cuanto tiempo deberías hacerlo para llegar a esta meta, deberías escoger una mezcla de diferentes tipos para que no te aburras o también podrías buscar apoyo de un experto.
Te recomendaría que escojas ejercicios que disfrutes, si te gusta bailar por ejemplo busca algunas rutinas de baile, si te gusta caminar, mezcla las caminatas con algo de fuerza.
Si no disfrutas para nada ningún tipo de actividad física, trata de encontrar algo que puedas hacer mientras realizar otras cosas que si disfrutes, como salir a caminar con tu mascota si tienes una, usar la caminadora frente al televisor mientras iras tu programa favorito.
Luego, define la hora del día en que lo estarás haciendo dependiendo del tiempo que necesites.
Muchas veces, ni siquiera necesitarás de comprar o pagar nada, puedes comenzar a utilizanado las cosas que ya tienes en casa. Una membresía en el gimnasio no te garantizará un mejor resultado sino trabajar primero en crear el hábito.
Hasta ahora, hemos definido que:
- Debes pensar claramente en lo que quieres lograr
- Debes tomar ese deseo y llevarlo a su mínima expresión para que tu mente “se la crea”, para que se vea alcanzable y para que no implique un cambio demasiado significativo en tu rutina actual.
- Racionaliza tu meta buscando información sobre lo que necesitas para lograrlo.
- Piensa en diferentes formas en las que podrías llegar a ella y escoge aquella que implique los cambios menores para ti.
- Haz una lista de todo lo que necesitas para arrancar, incluyendo el tiempo que vas a dedicarle, y prepáralas con anticipación.
Mantenlo simple y realista
De nuevo… Debes mantenerlo realista, eso te ahorrará desencantos, cada vez que fracasas en adquirir un nuevo hábito o cambiar uno que ya tienes, tu mente recibe las señales equivocadas de que es demasiado difícil, cuando realmente solo necesitas escoger el camino adecuado para alcanzar esas metas aunque sean pequeñas.
Por ejemplo, todos somos diferentes y la pérdida de peso depende de muchos factores como tu peso actual, si eres sedentario, tu metabilismo, etc. Pero puedes hacer un poco de investigación y te darás cuenta de cuantas calorías estás quemando con la cantidad de ejercicio que haces actualmente y cuántas estás ingiriendo con tus hábitos de alimentación actuales. Con 30 minutos de elíptica quemas alrededor de 180 calorías, con 30 minutos de natación quemas alrededor de 190 calorías, con 30 minutos de Kickboxing 350.
Entonces, si no tienes más de 30 minutos al día para ejercitarte talvez debas considerar complementar el ejercicio con algunos cambios en tu alimentación y buscar formas más creativas de moverte durante el día, como tomar las escaleras en lugar del elevador, si, sé lo trillado que suena pero es realmente una forma de moverte más.
En conclusión, necesitas estar seguro que el camino que has escogido seguir realmente te hará llegar. Luego, es solo cuestión de poner acción.
¿Qué hacer si algo sale mal?
Ahora, una vez que tienes una idea clara de lo que quieres lograr y que métodos utilizaras para llegar hasta ahí, haz un plan y ¡apégate a él!
Pon recordatorios en tus calendarios, en tu celular, pon algunas notas adhesivas en el espejo. Pero, ¿Qué sucede si algo sale mal? Eso es normal, cuaqluier cosa puede salir mal, no conectaste bien el celular, se descargó, tu alarma no sonó y fue imposible tomarte los cinco minutos para meditar porque saltaste directo de la cama a la ducha para no llegar tarde a esa reunión. O una reunión de trabajo tomó más tiempo del planificado y no pudiste tomar tu hora de ejercicio.
No pasa nada… No caigas en el pozo de la auto-compasión ni te castigues por no haber sido constante, solo comienza de nuevo al día siguiente… y ni se te ocurra abandonar por un pequeño traspiés.
Comienza y sigue adelante hasta hasta que sientas que la práctica que te llevará a tu objetivo se siente como una necesidad y no como una obligación.
Para continuar con nuestro ejemplo, cuando comiences a meditar sin ni siquiera pensar mucho en tener que hacerlo, como si fueses a tomar una ducha, o cuando el no hacerlo sientes que te hace falta, en ese momento sabrás que se está convirtiendo en un hábito.
Ahora recapitulemos:
- Pasos de bebé… Reduce tu meta a metas más pequeñas que al ir alcanzándolas te lleven a tu objetivo final.
- Piensa sobre diferentes formas en que podrías alcanzar esa pequeña meta y escoge aquel que que es más probable que disfrutas y que implique la menor cantidad de cambios a tu rutina actual.
- Haz un listado de las cosas que necesitarás para implementar el método que escogiste, así como el tiempo que te tomará.
- Sé realista y asegúrate que la forma com escogiste que llegarás a alcarzar tu meta realmente te llevará a ella.
- Si algo sale mal, solo comienza de nuevo y persevera, ¡no se te ocurra renunciar!
“No se trata de la perfección, se trata del esfuerzo. Y cuando incorporas el esfuerzo todos los días, es ahí cuando la transformación sucede. Es así como ocurre el cambio” – Jillian Michaels.
Algo que te ayudará a lograrlo a través de los pasos de bebé, es la recompensa, cuando fijas metas que gradualmente te lleven a un fin mayor, es más fácil que puedas ir viendo el progreso y esto te motivará a seguir.
Si deseas entender un poco mejor porque comenzar a hacer cambios pequeños funciona te recomiendo este video corto:
¡Espero que lo pruebes y que alcances grandes cosas!
Te deseo todo lo mejor,
Monica